Hi folks,
¿No creéis que existe una dicotomía entre el significado del término esfuerzo según la pedagogía tradicional y la actual? El modelo educativo tradicional del S.XX forma parte del pasado y como tal, debería de quedar atrás.
Crecimos rodeados de la “leyenda urbana”, alimentada por familiares y profesores, de que el esfuerzo era algo costoso, un concepto plagado de connotaciones negativas (dolor, sufrimiento, malestar). Aprender y estudiar eran vistos como un castigo pues se realizaban a través de metodologías tediosas, clases magistrales y poco dinámicas. Por ello, resultaba extraño el caso en el que los alumnos disfrutaban del proceso de aprendizaje.
¿Pero qué pasa cuando dedicamos horas a algo que nos gusta sin importar el número de horas? ¿Cuándo volvemos incesantemente a ello sin importar si estamos cansados, si es pronto o tarde? ¿Cuándo pensamos en ello constantemente a lo largo de nuestro día?